Arte románico en Vic y Osona: un viaje mil años atrás
Dicen que hay lugares donde el tiempo no avanza en línea recta, sino en círculos.

Dicen que hay lugares donde el tiempo no avanza en línea recta, sino en círculos. En Osona basta abrir la puerta de una iglesia románica para comprobarlo: las piedras te devuelven al siglo XI, los capiteles narran historias que ya nadie recuerda y los campanarios se alzan como relojes que marcan la eternidad.

Aquí el arte románico no es un capítulo en un libro de historia, sino un mapa vivo que aún guía al viajero. Cada iglesia, cada cripta y cada portada es una puerta abierta a un tiempo en el que el paisaje se organizaba en torno a castillos y parroquias, y la fe se esculpía en piedra.

Vic, de Auso a capital románica

Antes de ser Vic, nuestra ciudad fue Auso, un enclave romano del siglo I d. C. La romanización dejó huella, pero fue en la Edad Media cuando la ciudad encontró su verdadera identidad. El gran protagonista fue Oliba, obispo de Vic y abad de Ripoll y Cuixà, que en el año 1038 consagró la catedral románica. De aquel templo hoy apenas queda el recuerdo, pero su campanario —uno de los más antiguos y emblemáticos de Cataluña— sigue en pie, con sus arquerías ciegas y ventanas bíforas que son un manifiesto del románico lombardo.

Quien pasea hoy por Vic descubre también el Museu Episcopal, con una de las colecciones de arte medieval más prestigiosas de Europa, y espacios como la Albergueria o el Pont de Queralt, que completan un itinerario donde la ciudad habla en plural: pasado romano, esplendor románico, herencias góticas y barrocas, y una vitalidad actual que mantiene la memoria viva.

El románico lombardo: el sello de Osona

El románico de Osona es, sobre todo, románico lombardo. Llegó de la mano de los constructores de Lombardía, llamados por Oliba para dar forma a una ola constructiva sin precedentes en los siglos XI y XII. La receta era sencilla y eficaz:

  • Muros de sillarejo.

  • Frisos de arcuaciones ciegas.

  • Lesenas que ordenaban los paramentos.

  • Campanarios robustos y esbeltos.

  • Absides semicirculares donde la luz se convertía en protagonista.

El resultado fue tan contundente que, aún hoy, Osona cuenta con más de noventa edificios románicos en pie, muchos todavía con función parroquial.

Rutas para descubrir un mapa de piedra

Recorrer Osona es seguir un mapa secreto de iglesias que parecen escondidas, pero que siempre están esperando al viajero atento.

  • En la plana de Vic, templos como Sant Andreu de Gurb o Sant Esteve de Tavèrnoles muestran la pureza de las primeras construcciones lombardas, mientras que Santa Eugènia de Berga deslumbra con su portada esculpida en el siglo XII.

  • En la Vall de Sau, el románico se funde con el agua: la iglesia sumergida de Sant Romà de Sau deja ver su campanario cuando el nivel del pantano baja, y el monasterio de Sant Pere de Casserres se encarama sobre un meandro del Ter con un magnetismo que mezcla espiritualidad y paisaje.

  • En el Lluçanès, las joias del romànic forman un itinerario que es casi una clase magistral al aire libre. Desde el claustro de Santa Maria de Lluçà, con sus capiteles delicados, hasta la planta circular de Sant Vicenç del Castell, rara y sorprendente, pasando por ermitas humildes como Sant Andreu de Llanars o Sant Salvador de Bellver, que condensan la esencia del románico en su forma más sobria.

  • En el Cabrerès y Collsacabra, el románico convive con riscos y acantilados. El yacimiento de l’Esquerda en Roda de Ter conserva las ruinas de Sant Pere, mientras que en Tavertet o Sorerols la arquitectura se adapta al terreno abrupto sin perder belleza.

Cada ruta es un capítulo distinto, pero todos juntos forman un libro que se lee caminando.

Un viaje que sigue en el Hotel J.Balmes

Después de cada jornada, nada como volver al centro de Vic y descansar en el Hotel J.Balmes. Aquí tendrás la plaza Major a pocos minutos, el Museu Episcopal casi al lado y la posibilidad de planear cada día una ruta diferente sin renunciar a la comodidad de la ciudad. Es la base perfecta para descubrir que el románico no es solo arte: es memoria, paisaje y experiencia.

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de Vic y descubre las joyas del románico de Osona con la calma que se merecen. Porque algunas historias no se leen en libros: se viven entre piedras milenarias.

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